Durante 2020 lanzamos junto a Fundación Renovables la campaña “Brilla con luz propia”, con el objetivo de que toda la ciudadanía comience a ser consciente de las posibilidades y oportunidades que ofrece el autoconsumo de energía fotovoltaica.

Afortunadamente surgió una nueva oportunidad de colaborar con la Fundación en otro proyecto. En esta ocasión el reto consistía en desarrollar el concepto de comunicación anterior, para seguir animando al autoconsumo pero incidiendo en el asociacionismo y las comunidades energéticas.

Conseguir que una localidad pequeña, incluso un barrio o un bloque de pisos pueda producir, almacenar, vender y gestionar su propia energía renovable de manera más económica y limpia, sin depender exclusivamente de las grandes compañías eléctricas, está cada día más a nuestro alcance y podemos hacerlo uniéndonos.

Esta nueva campaña 2021 es una clara llamada a la acción y nos hace ver que estamos frente a una posibilidad revolucionaria. Hemos querido transmitir un mensaje ilusionante que proclama nuestro papel activo en el sistema energético, siendo continuistas con el lenguaje anterior para seguir informando e inspirando a la gente a que consuma energía colectivamente.

Además de seguir utilizando la bioluminiscencia, una metáfora preciosa del autoconsumo y de fomentar un papel activo en la producción y gestión de la energía, en esta campaña queremos apelar al ejemplo de la unión simbiótica y cooperativa de la vida en sí, que permite triunfar a los que se asocian, como no se cansó de explicarnos la bióloga Lynn Margulis.

Así hemos hecho un vídeo que parece estar sacado de un documental de naturaleza, pero que nos sitúa esta vez en el entorno urbano, que es el hábitat desde donde tenemos la capacidad de cambiar nuestro sistema energético. En esta continuación de la campaña anterior, las luciérnagas toman la ciudad y mostramos a estas bellas criaturas bioluminiscentes a través de una serie de diferentes piezas que nos ayudan a comunicar los distintos beneficios del autoconsumo colectivo. Una de nuestras principales premisas era que la campaña fuera lo menos antropocéntrica posible, para desviar un poco la mirada de nosotras y nosotros mismos hacia la naturaleza y otras especies.